Como el viento maneja un periódico roto,
El destino me manejó a mi, me ensalzó, me hizo volar y llegó la despedida.
Cúmulo de casualidades, agua de la fuente más prohibida, llegaste sin esperarte,
Y entre el viento del río, Aliados y dibujos nació una historia.
Llenaste de color cada gota de lluvia, tu sonrisa me calentó el alma,
Y entre siglos y edificios pareció salir la luz,
Sacar la oscuridad del corazón y respirar, esta vez más fuerte,
Hasta que volvamos a juntar la mirada, soñar, y despertar juntos.
Gracias Oporto.
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