Miradas, carícias y una pregunta de amor sin respuesta

sábado, 9 de mayo de 2009


Mírame, desnúdame y susúrrame las tres palabras que me vuelven loco. Incítame, sedúceme e intrígame con tus secretos que lo envuelven todo para después lanzarme desde tu cama o echarme por la ventana - le dijo mirándolo a través de unos ojos cuyo brillo desprendía el miedo de una respuesta negativa.



Ni te miraré, ni te desnudaré ni te susurraré las tres palabras que te vuelven loco. Ni te incitaré, ni te seduciré ni te intrigaré con mis secretos que lo envuelven todo para después lanzarte desde mi cama o echarte por la ventana. Y todo ello por una simple razón: me robaste los ojos para mirar, las manos para desnudar y los labios para susurrar. Me robaste la capacidad de incitar, de seducir y de intrigar porque ya no tengo secretos que mostrar ni que guardar. Mi mayor secreto es que lloró cuando estoy más de 4 o 5 días sin verte, y lloro a sabiendas de que eres la cosa más bonita que me ha pasado jamás - le constestó mientras un abrazo fundía el espacio congelado que había proliferado entre los dos durante los últimos días.