Versos borrachos (2)

lunes, 1 de agosto de 2011

Me sumerjo entre el miedo de un pasado oscuro,
trago pena, dolor, silencio;
y miro al cielo, esperando un beso que no llega,
y miro al suelo, y veo caer una pequeña lluvia de lágrimas,
son las lágrimas de la desazón que habita en mí,
son las lágrimas del recaer, del volver a errar,
del odio hacia uno mismo;
y me tiembla la mano.

Tú no estás, y yo sólo quiero irme,
tu te fuiste, y yo no estoy,
y fueron oscuros los segundos,
minutos,
horas,
días,
meses,
años;
y conseguí ver luz, abandonar esa botella,
esa que ahora sostengo entre las manos,
con la mirada baja y el corazón en un puño,
con los ojos cerrados y el reloj parado,
porque ahora ya no avanza,
porque ahora, la manecilla,
solo gira en el sentido contrario.

Porque vuelven los versos borrachos,
los besos frustrados,
las caricias que no vuelven,
el tiempo malgastado,
las flores que no huelen,
los pasos cansados,
las sonrisas que duelen,
el lamento cortado;
el amor que desapareció.

Y lloro,
y sufro,
y bebo;
y mi garganta no traga alcohol,
solo dolor,
ese silencio hundido,
ese miedo antes perdido,
esa oscuridad antes hecha luz;
y todo,
porque me faltas tú.

David Bayona.