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sábado, 28 de julio de 2012


Otro amanecer y no estás, el cielo no ha vuelto a sonreír.
Y lo sé porque lo miro y pienso que me observas, que me miras,
Triste fantasía, triste ilusión para no llegar a la desesperación,
Porque el cielo está vacío, no queda ni una sola estrella,
Plutón se despidió de Venus y marchó lejos, a años luz,
Como yo provoqué tu adiós, hasta un punto de no retorno.

También ando por lugar que recorrimos, entre el silencio que antes llenaba tu voz,
Con la mirada tratando de encontrarte, buscando por cada rincón,
Y no estás, ya nada tengo y no estás,
Tan sólo la melancolía, el abrazo de la nada, la sonrisa del viento triste,
Y ahora los recuerdos queman más que nunca en esta tarde,
Se me hunde el dolor en el costado, miro al cielo pensando que me miras, y lloro.

Debería aceptar que éste es mi castigo, pero me resisto a aceptar una vida sin ti,
Porque lejos de ti no hay vida, solo inmensidad y quietud,
Y yo me la he ganado, me la merezco, pero te extraño,
Extraño cada uno de tus gestos, cada palabra, cada sentimiento,
Porque me lo has dado todo, sé que eres el amor de mi vida,
Y yo no supe amarte bien.

Aprender, saber cómo tienes que actuar y que sea demasiado tarde,
Haber agotado cada oportunidad,
Haber sido un inmaduro hasta el punto que te has perdido,
Que no encuentras la luz del sol,
Que el laberinto te atrapa, la hiedra te muerde,
Y desapareces a través del tiempo, pasan las horas y te llevan con ellas.

Rezar al destino pidiendo una nueva oportunidad que no llegará,
Eso es lo único que me queda, lo que me da fuerza junto con tus fotos,
Esos momentos únicos que sabes que no repetirás jamás,
Esos momentos que yo me encargué de destrozar, de romper en mil pedazos,
De hacer que para ti no valgan nada,
De hacerte olvidar, de hacerte odiar.

Y sé que hallarás la felicidad, que volverás a empezar,
Mas yo me mantendré aquí, en el mismo lugar,
En la misma cama, en el mismo silencio, en la misma oscuridad,
Esperando que el destino me escuche aunque no lo merezca,
Esperando hallar yo mi felicidad en ti,
Volver a ser feliz contigo, y volar de tu mano, volar juntos como siempre lo hicimos.

Y cada lágrima, cada verso que componga en vida,
Llevará escrito tu nombre, llevará grabada un recuerdo,
Un recuerdo que echaré al viento esperando que vuelva cual boomerang,
Un triste sentimiento de añoranza, un mensaje en una botella,
Un grano de arena de la playa de mi corazón,
Esa que ahora es desierto, esa que ahora no es más playa porque faltas tú.

Te espero aquí,
A la otra orilla,
Entre palabras de lamento, de perdón, de súplica,
Entre murmullos de odio hacia mi mismo,
Porque lo tuve todo;
Y ahora sin ti, no tengo nada.

Llanto desde el odio

jueves, 26 de julio de 2012

2

Tomé la barca, la hice mía y me alejé, sin provisiones,
Sólo el silencio, el mar, yo y una extraña soledad cargada a los hombros,
La culpa de haber dejado en la orilla todo lo que te importaba,
Las ganas de llorar porque sabes que naufragarás,
El nudo en el estómago porque sabes que has dejado tu vida entera y te diriges a alta mar,
Y un pedazo de papel que reza su nombre, para nunca olvidar.

El azul del mar y el azul del cielo, ese que tantas veces juntos contemplamos,
Eso es lo que me hace avanzar, recordar el reflejo del mar azul en tus ojos,
Eso es lo que mantiene mi vela erguida, mi barca a flote,
Aunque no estés sentado a mi lado y sólo reme yo,
Ese recuerdo es mi vida, mi brújula, mi norte y mi guía;
Y me tumbo en la barca cegándome con la luz del sol imaginando que es tu sonrisa.

Dirigirte a la nada, no tener miedo del destino,
¿Qué importa si al final del camino tú no estás?
Llegaré a una roca entre la inmensidad, atracaré mi barco,
Descenderé y exploraré el peñón, como tantas veces exploramos juntos mil lugares,
Izaré nuestra bandera, pero esta vez lo haré sólo, imaginándome tu mano junto a la mía,
Tu mejilla junto a la mía, aunque de la mía ahora sólo caen lágrimas.


Y me sentaré a escuchar el estallido de las olas contra la roca,
Del mismo modo que escucho el estallido de mi corazón al caer del precipicio, del abismo,
Ese corazón que ya no es corazón, que yo mismo me arranqué del pecho,
Porque ahora más que nunca soy un náufrago, aunque me queda el recuerdo,
Ese recuerdo en el que vivo, con el que sueño y que me mantiene a flote, que guía mi timón,
Ese recuerdo que se ha convertido en la parte más querida de mi alma.

Si alguna vez regreso, si alguna vez llego a puerto,
Soñaré que me estás esperando, que me saludas desde lejos con la mano en alto,
Que me miras, que gritas mi nombre,
Que regreso habiendo madurado y eso es lo único que me ilusiona,
Lo único por lo que vivo,
Y lo único por lo que algún día puede que amarre mi barco, junte mi mano con la tuya,
E icemos de nuevo una bandera, un símbolo, “un huracán”.

Llanto desde el odio

De nuevo aquí están mis poemas. He comenzado una nueva serie de versos llamada "Llanto desde el odio" compuesta por 25 poemas en un principio e inspirándome en la obra del gran Pablo Neruda "20 Poemas de Amor y una Canción Desesperada". Obviamente, los míos no llegan ni a la suela de los zapatos de los suyos, pero tienen el mismo sentimiento, estoy seguro. Numerados del 1 al 25 iré publicándolos conforme vaya escribiendo, este es el primero de ellos.


1
Vacío, oscuridad, silencio, eso es lo único que puedo sentir hoy,
Como si el miedo se hubiera apoderado de cada poro de mi piel,
Como si cada lágrima fuera fuego ardiente en mis mejillas,
Como si cada paso me alejara más de ti, como si me estuviera yendo lejos,
Como si el camino ya no fuera más camino,
Como viento, como agua, como inerte, sin vida, silencio.

Y maldigo cada despertar sin ti, maldigo cada instante sin ti,
Y me maldigo a mí mismo por haber sido la clase de persona que maldigo,
Maldigo cada lágrima que te hice derramar,
Maldigo cada punzada que te hice sentir,
Cada pedazo de tu corazón que rompí,
Maldigo lo más hondo de mí, maldigo mi corazón.

Y maldito andaré por ese camino que ya no es más camino,
Y maldito despertaré cada mañana, lamentándome,
Cada segundo de mi vida esperaré un milagro,
Que tú vuelvas, que tú vuelvas a mirarme,
Y yo, maldito, soñaré con volver a volar con tu mirada,
Con volver a tomar tu mano y hacer que el camino que ya no es camino vuelva a serlo.

Escribir estos versos duele y me calma a la vez,
Enfrentarme a plasmar mi miedo, mi soledad, me calma,
Y la calma no es más que miedo disfrazado, quietud traicionera,
Como yo mismo traicioné lo único que me mantenía con vida,
Porque llenabas mi vida, y ahora está vacía,
Porque yo la vacié y yo la maldije, y así ando yo ahora, maldito.

Triste soledad, tristes recuerdos que naufragan entre un presente que no es presente,
Triste arrepentimiento que quema como las lágrimas,
Tristes llantos que día tras día me acercan a mi frágil destino,
Ese que yo me he labrado, ese que yo merezco,
Porque sin ti, vida mía, no soy más que agua,
Más que viento, inerte, sin vida, como la tierra del camino que no es camino.

Autodestrucción

martes, 17 de julio de 2012

Despiertas, miras a tu alrededor y sólo ves ruinas, destrucción, silencios, miedo y horror. Sabes que todo lo has creado tú, y lloras desconsoladamente contra la pared sabiendo que nunca llegarás a alcanzar la felicidad que tenías antes de todo eso... Has traicionado todo lo que más querías, has matado lo que otros sentían por ti, has aniquilado tu propia sonrisa, porque sabes que jamás sonreirás como antes de todo esto. Tu mirada está perdido, tus pies caminan hacia el mismo lugar aunque no conozcas la finalidad y tus sueños acumulan todos tus deseos, te muestran lo que has perdido, a modo de castigo...

Llegan momentos en la vida en los que uno se da cuenta de cómo ha actuado, y no puede ni creerlo. En esos momentos, te sientes perdido y sólo suplicas revivir todo lo que has perdido. Y eso es lo único que buscarás por siempre en tu vida, le buscaras a él, sus caricias, sus besos, y harás lo que sea, renunciarás a tus sueños porque ninguno tiene sentido sin él...

D.B.

Como Neruda

domingo, 15 de julio de 2012

Como Neruda, puedo escribir los versos más tristes esta noche,
me siento esquivo, sin aliento, triste, eché mis lágrimas al mar y se mezclaron con el viento,
solté la vela mayor y el sonido de las olas me atrapó,
escondí un tesoro en el corazón, mas perdí el mapa...