Vuela alto la voz en los balcones,
corren las penas de un lado a otro, se escapan,
el dolor más mordaz enmudece y se rinde,
se rinde a la vida, una nueva vida que empieza,
una nueva vida que celebrar.
Se dibujan en el horizonte mil composiciones,
las témperas y el óleo protagonizan la exposición,
y entre tanto, escribo mil palabras de esperanza,
compongo mil versos caprichosos,
guardé los tristes en un cajón y hoy vivo.
Porque en tan sólo un segundo, todo puede cambiar,
puedes percibir lo bella que es la vida,
lo que merece la pena vivirla,
dejar de esquivar al destino,
y entregarse a él, vivir de nuevo.
D.B.
Saudades
sábado, 9 de febrero de 2013
Publicado por David Bayona en 14:11
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