Colarse entre el silencio.

miércoles, 30 de enero de 2013

Cada árbol lleva sita una palabra,
cada edificio de esta ciudad, un te quiero,
cada calle, cada coche camino a casa, un te echo de menos,
y la ciudad se convierte en una carta para ti,
el mundo se ha convertido en un mensaje secreto,
yo lo escribo cada día para ti,
yo aguardo poder contarte mil señales secretas,
pero sé que quedarán siempre dentro de mí.

El cielo esconde nubes mágicas, esas que sólo veíamos nosotros,
el mar viene y va, y me trae mensajes en botellas de nuestros días de playa,
pero el recuerdo no parte, queda dentro, muy dentro, hasta hacer gritar.
A pesar del dolor, te quiero.
A pesar de cada error cometido, te amo,
y entre tanto, el cambio es más evidente, más fuerte,
y sólo vivo por esperar, por aguardar.

Las golondrinas vuelan libres, silenciosas,
como mi corazón, congelado, aletargado,
y si te encuentras estos versos,
si llegas a alcanzarlos y tocarlos con tu mano,
sabrás cada vez que los leas que sigo aquí,
ahí a tu lado, sentado en tu cama,
con mil palabras de perdón,
con mil de amor,
y con tres que definen todo: te amaré mejor.

Recuerdo, siempre, que aquí estaré,
que tu sonrisa es más especial que nada en el mundo,
que tu mirada una vez voló con la mía,
y que siempre,
pase lo que pase,
vivirás dentro de mí.

D.B.

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