Gris.

martes, 23 de octubre de 2012

Quizás entre las sombras de la noche pude distinguir un cuerpo,
una sombra erguida, silenciosa, misteriosa,
alejándose lenta, de pronto corriendo, de pronto desapareciendo,
como un sueño, que se escapa, que no te pertenece:
eras tú.

Te fuiste, desperté y te fuiste, y grité,
el más triste llanto empezó a vivir en mí,
las calles se tiñeron de gris,
la gente se tiñó de gris,
el gris de las nubes se tiñó de gris oscuro,
y el silencio, gris, se expandió en esta habitación.

Entre grises vivo ahora,
mas ya no veo sombras oscuras,
ya no te irás al despertar,
porque no estás, porque volaste,
porque te hice volar,
porque te perdí;
como perderé al gris, rompiendo el silencio con el llanto.

D.B.

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