RefleCCiones.

sábado, 20 de febrero de 2010

Estoy lleno de ilusión. Se abre una nueva perspectiva antes mis ojos, aunque está aún un poco difusa, pero llego a entrever las luces. Este es el momento que he estado esperando tanto tiempo, ansiando el punto de inflexión en el que la vida de uno cambia, y creo que está muy muy cerca. Quiero crecer, quiero un giro radical en esta vida, quiero volar. Pero despacio, con tranquilidad, la ilusión no es un vehículo que debamos acelerar excesivamente: podemos estrellarnos de lleno contra la pared de la cruda realidad. Hay que ser fuerte, tener predisposición a lo que venga, ganas de aprender en todos los ámbitos y, sobre todo, ánimo para no doblegarse.

Tal y como reza una de mis canciones preferidas: "Tengo que ser fuerte, sólo continua esforzándote". Y esa es la fórmula, el esfuerzo. Él ha provocado que yo esté hoy como estoy, que me encuentre en la situación en la que me encuentro y que por ello me sienta privilegiado. He tenido que partir desde un escalón bajo, la vida familiar no ha sido fácil e incluso tuvo sus complicaciones en momentos que prefiero que formen parte del olvido, pero aquí estoy, llegué hasta muy muy cerquita de la meta para empezar la verdadera carrera. Ahora todo es incertidumbre, nervios, miedo... Pero siempre en estas situaciones uno debe pensar que  "siempre va a haber otra montaña y siempre voy a querer moverla".

DaviDBayona.

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