Antología de una triste navidad (III)

lunes, 30 de noviembre de 2009

30 de noviembre de 2009

Cálido y suave,
oculto y misterioso,
ligero y lento;
así era tu beso.

Aún lo recuerdo,
dentro de aquella cueva,
aquella que tantas veces he visitado,
aquella que será nuestro hogar eterno
y servirá de cobijo a nuestros corazones.

Te busqué dentro de ella,
recordé el momento de la magia,
deseé tenerte frente a mí
para poder decirte que te amo;
que jamás te irás de mi mente
y que el al menos nuestras iniciales
siguen unidas e inscritas
en la pared de aquella cueva;
y siento el beso.


D.B.

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